Esposa” Mi vida siempre estuvo rodeada de lujos, pero para mí, todo ese lujo era más bien una jaula de oro de la que no podía escapar. No lo supe en su momento, pero mi destino fue marcado el mismo día de mi nacimiento ¿Por qué?
Pues, el día en que nací, fue el mismo día en que mi madre falleció y desde aquel entonces mi padre no se molestó en ser mi padre, ya que, fue fácil para él deshacerse de mí enviándome a los mejores internados y llevándome a las residencias más lujosas que poseía, pero durante todo ese tiempo siempre estuve sola.
El mundo sabia que tenía dos hijas, la mayor, mi hermana Sophie, ella era su adoración ¿Como lo sabia? ¡Simple!
Mi padre no sentía repulsión cuando la abrazaba y por supuesto, a ella no la alejaba de su lado, Sophie siempre fue su orgullo, mientras que yo era la niña enferma o al menos, ese fue el rumor que escuche alguna vez, que la segunda hija del gran Henry Craig, no era más que una porción de persona que apenas podía levantarse de su cama con ayuda. ¡Patético!
Aun con el desprecio y el dolor de haber
escuchado tal estupidez, me vi forzada a aceptar que nunca sería su hija y estaba bien con eso, al menos hasta el día en que cumplí 15 años y entendí la razón del porqué había decidido apartarme de su lado.